Mucha tinta se ha derramado desde hace meses ya mucho antes de la Cumbre de Río+20. Ya en el período previo las expectativas se vieron atenuadas cuando se hizo evidente que había poco en común entre los países ricos y pobres, entre distintas regiones y varios grupos de interés. Por lo tanto, terminamos con un documento de aspiraciones, llena de buenas intenciones, pero con compromisos a la acción poco concretos y dejando casi todo el mundo infeliz. Es hora de seguir adelante y invitamos a las organizaciones de la sociedad civil, a los ayuntamientos, a las empresas interesadas en ir más allá de "lavado verde" (greenwashing), a los gobiernos de los países en desarrollo y otros más para que se comprometen en muchas viejas y nuevas formas de acción para hacer que nuestras sociedades sean aptos para un futuro sostenible. Leer más.