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Saint Louis, Guet Ndar y las tierras movedizas en el delta del río Senegal

 

En el camino vimos muchos contrastes, nuevas construcciones y la generación de riqueza por un lado y absoluto deterioro y contaminación de plástico en el otro.

Al llegar finalmente a Saint Louis, hechamos una primera mirada a su antiguo pueblo de la isla colonial, a las pesquerías gestionadas con éxito fuera de las condiciones de hacinamiento en Guet Ndar, y en el centro donde parecía oírse los sonidos del famoso festival de jazz que atrae a aficionados de todo el lugar para Saint Louis, en mayo de cada año.

La belleza de los viajes modernos consiste en que se puede obtener una primera impresión visual "desde arriba", incluso antes de llegar a ninguna parte. Eso ayuda a dar sentido a la experiencia más visceral en el suelo.

La imagen de Google Earth muestra la parte colonial de Saint Louis que se alza sobre la isla conectada por un puente a la Langue de Barbarie, en la parte inferior izquierda de la imagen. El Puente Faidherbe conecta con el Saint Louis moderno, todo ello en las arenas movedizas del paisaje terrestre y marino del Delta del Río Senegal.

 

Gran parte de la Langue de Barbarie está densamente poblada, sobre todo la parte ocupada por la comunidad pesquera Guet Ndar frente a la isla de Saint Louis. El espacio restante está constituido por un vasto cementerio, una denominada hidrobase, largas construcciones de hoteles mostrados en mayor resolución de la imagen a la derecha, y un área protegida en la punta de la península.

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La actividad de la pesca de Guet Ndar es probablemente la más importante en el país y no se limita a esta ubicación. Los pescadores allí tienen una larga reputación como recordó Malick Gueye, uno de sus líderes históricos que a sus 92 años es un Iman luchando por la convivencia pacífica entre las religiones y las comunidades, y también está preocupado por la aplicación de las prácticas de pesca excesivas y destructivas. Despúes de la independencia, Malick mismo con algunos compañeros pescadores de la comunidad fue enviado por el gobierno como asistente de desarrollo a Benin en el Golfo de Guinea para enseñar a los pescadores locales. La entrevista con la historia de su vida extraordinaria está disponible aquí.

 

En el pasado, las tripulaciones de pesca de Guet Ndar con sus embarcaciones han suscrito un acuerdo con los propietarios de embarcaciones industriales para que les llevaran en una nave nodriza hasta el sur de Guinea. Varios equipos también operan regularmente desde Nouadhibou en Mauritania, para atender el mercado europeo más directamente a través de Las Palmas.

Gran parte de la pesca de temporada de la sardina, atrapada en las redes de cerco y llevada a la playa frente a la isla de Saint Louis, va en camiones refrigerados directamente a Malí. Lo que se puede procesar localmente está a cargo de las mujeres de Guet Ndar. Trabajan en la playa en condiciones sanitarias y de espacio muy difíciles.

La consejera municipal de Saint Louis, Awa Seye, representa los intereses de la Comunidad en el Consejo y frente a la administración. En la parte superior de su agenda figuran tres preocupaciones:

 

La preocupación número uno en estos momentos es sin duda el tema de la seguridad en el mar. Alrededor de dos docenas de hombres perdidos en el mar, en los primeros meses de 2013 es el balance de muertos que afecta a muchas de las familias de Guet Ndar.

En octubre de 2012, el gobierno abrió el lugar más estrecho de la parte inferior de la Langue de Barbarie, para evitar las fuertes inundaciones en la ciudad. Inesperadamente, en lugar de cerrar la nueva brecha rápidamente debido al transporte de la arena y a las corrientes, ésta se amplió a unos 200 metros y la posición de los bancos de arena se modificó. Incluso con equipos de seguridad, como el GPS y chalecos salvavidas, varios accidentes costaron la vida a los equipos de pesca.

Es un problema muy debatido, pero de alguna manera la autoridad portuaria, las fuerzas de seguridad, otros servicios públicos, los investigadores universitarios, organizaciones no gubernamentales y de los pescadores parecen aún no haberse unido en un solo lugar en la búsqueda común de respuestas viables a estos peligros mortales.

 

La preocupación número dos es el problema de la salud materna e infantil y la salud pública en general. Awa misma ha sufrido varios abortos naturales. Como joven tuvo la oportunidad de recibir capacitación como partera. Aprovechó esta oferta de la vida sacando al mundo a muchos bebés, en un principio, incluso en su propia casa.

Ella todavía sigue trabajando para mejorar los servicios de salud en Guet Ndar y fomentando la educación sistemática de los niños, especialmente de las niñas. Ella quiere que estén mejor preparadas y capaces de tomar decisiones teniendo mejor información previa. Unas 22 bebes se han nombrado como ella en reconocimiento de su papel como matrona y por su servicio comunitario excepcional.

La preocupación número tres es asegurar un espacio de trabajo suficiente y decente para las mujeres procesadoras y proveedores de pescado. Todo esto levanta muchas questiones. La primera es conseguir un mayor poder de decisión en la manera de asignar y gestionar el espacio muy limitado en la Langue de Barbarie. Las mujeres afirman su derecho a un espacio adecuado para desarrollar su negocio. Ellas no están contentas con cómo se gestiona la colocación de camiones de refrigeración, muchas veces haciendo caso omiso a las normas vigentes. La mayor piedra en el zapato de las mujeres es, sin embargo, la reclamación de tierras de los operadores turísticos.

 

En otras partes del Senegal y en otros países, el desarrollo es parecido: existe una competencia cada vez mayor entre la pesca tradicional, el desarrollo de infraestructuras y una forma de turismo que está en manos de inversores externos y que no deja ningún beneficio a la comunidad. Por el contrario, sucede muy a menudo que los turistas contratan sus propios servicios de seguridad, traen la comida y consumen las vistas estereotipadas dejando atrás solo su basura. Los turístas pueden tomar fotografías folklóricas desde sus coches de cuatro ruedas, de los barcos de colores y de la vida bulliciosa en la playa de Guet Ndar, pero no se detienen a comprar algo a la comunidad.

Es un tema complicado. Más de una comunidad pesquera ha tenido la esperanza de que el turismo pueda aportar otras fuentes de ingresos, cuando se hubieran enfrentado a la parte baja del ciclo de crecimiento económico. Esto puede suceder cuando son capaces de reunir los conocimientos técnicos y capacidades para desarrollar al menos una parte de la empresa o actividad económica turística. Pero esto casi núnca sucede. Cuando las comunidades pesqueras tradicionales no tienen el poder político para influir en las condiciones marco de diversificaciones deseadas, han perdido frente a los inversores externos que muestran una superioridad financiera incomparable. Estas consideraciones también están en la mente de Awa, cuando vota por hacer valer el peso más importante de la comunidad Guet Ndar en las discusiones públicas y privadas, que afectan a la seguridad en el mar y todas las otras preocupaciones vitales de su pueblo.

 

Mientras tanto, la comunidad tiene su propio conjunto de desafíos, que no dependen exclusivamente de la cooperación con los demás. Mantener limpio los espacios de trabajo en la playa es un reto como lo muestra la vista desde el puente que conduce a Guet Ndar.

Otro problema pendiente es una actividad más decidida para rehuir el uso de redes de monofilamento prohibidas. Éstas están a la vista públicamente. Parece que hay poco sentido de actuar mal y mucho menos sentido por insistir en la ejecución de las normas. Es un ejemplo que muestra que la comunidad no es homogénea. Los temas obtienen una prioridad diferente por las diferentes familias o según los diferentes momentos. Dependiendo de una realidad cambiante, son percibidos cómo intereses propios.

Por desgracia, también la zona pequeña, nominalmente protegida en el extremo restante de la Langue de Barbarie parece que no es inmune – por un lado se llena de basuras y por el otro pierde por las actividqades de extracción. Durante la visita, en compañía de Awa, encontramos un equipo de pescadores que, felices, manejaron sus redes de nylon desde un barco en el interior del área protegida, y, en la orilla, vimos a otros pescadores individuales.

 

A la vista de las condiciones de supervivencia duras, tanto las autoridades como los propios compañeros de los pescadores tienden a hacer la vista gorda de las personas que ignoran las reglas. Esto no se limita a Senegal. Podría, sin embargo, valer la pena, explicar que las áreas protegidas - cuando son respetadas - demuestran servir como una póliza de seguro contra los altibajos de la naturaleza y de los propios ciclos de la pesca. Por otra parte, la estrategia de la migración estacional a los países o zonas limítrofes por escased de recursos propios, siempre es problemático porque la pesca fuera de las áreas habituales siempre conduce a una disminución de recursos generales y así, el problema se profundiza. En el pasado, la migración fue una respuesta racional para hacer frente al pique del ciclo o simplemente para responder a la incertidumbre y las fluctuaciones de los recursos naturales. No hace falta decir, que el agotamiento de los recursos tiende a amplificar las fluctuaciones, mientras que los ecosistemas sanos son generalmente mucho más robustos y estables. Así que la migración puede ser un arma de doble filo, por no hablar de los efectos sobre los pescadores en los países de acogida y las regiones.

En poco tiempo, recibimos algunas primeras impresiones sobre los desafíos multifacéticos de organizar los medios de vida sostenibles en la costa con sus recursos renovables. El corto recorrido plantea más preguntas de las que podríamos contestar. Una cosa es cierta, se necesita un diálogo más amplio.

Nos hacemos eco de la sugerencia de Awa Seye, para crear un espacio de diálogo que dé una voz a todas las partes interesadas, y que también ayude a cuidar que las normas vigentes sean cumplidas. Ella opina que sería una gran ayuda a reducir la desconfianza existente entre las autoridades y las comunidades de pescadores en Saint Louis y en otros lugares. También está convencida de la necesidad de una mayor y más firme participación en el debate público, con la participación de todos los grupos de interés. La ciudad de St. Louis y el país entero podrían así obtener un mayor protagonismo en la configuración del futuro, de la economía y la cultura de la ciudad de Saint Louis.

Texto de Cornelia E Nauen, fotos de Paolo Bottoni. Traducción española por Marianne Braun.